lunes, 6 de noviembre de 2017

El filamento

Lo que más me gusta de dormir es soñar aunque a veces sean cosas extrañas, lo siguiente fue inspirado en esos sueños:
Una noche hace varios años atrás caminando cerca de mi antigua escuela, a esa hora y con tan pocos alumnos se ve muy sombría. Esa noche me acerque a la tienda que se encuentra frente a su entrada pensando en comprar algún pan para acompañar mi café, fue entonces cuando distinguí su silueta, ella caminaba rápido por lo que tuve que apresurar el paso y olvidarme del pan, dio vuelta en una esquina por lo cual me atreví a correr por un breve instante, y al llegar a la esquina casi choco con ella, pues ella volvía sobre sus pasos, sorprendidos nos miramos un instante, ella sonreía por lo sucedido y yo sentí la necesidad de disculparme por lo cual dije torpemente: ─Disculpa te confundí. Le sonreí, me miró extrañada mientras pasaba parte de su cabello atrás de su oreja, se hizo a un lado del camino y me dijo: ─Hasta luego. ─Hasta luego, respondí. Me sentía feliz porque era la primera vez que la veía sonreír, y sobre todo que me sonreía y me hablaba; si bien me atraía esa seriedad de su rostro su sonrisa me lleno de felicidad pero también me encontraba molesto conmigo pues desaproveche la ocasión, tanto había esperado un momento como ese y lo deje escapar; ella era la chica que había contemplado hace varios meses atrás, me atraía con ese aspecto enigmático, su rostro parecía siempre querer ocultarlo; sus hermosos ojos serenos y hasta ese entonces de mirada triste eran inadvertidos por sus lentes y su cabello un poco quebrado al hombro y suelto. Me cautivaba su forma de ser y me alegraba que pasara desapercibida para los demás. Sabía que era de ese rumbo pues la había visto en el centro comercial, en la parada de autobuses, y caminando por el parque. En fin, paso el tiempo y seguía su recuerdo en mi. Muchas veces procure volver a verla por lo cual pasaba a la misma hora en el mismo lugar, pero no tenía suerte, llegué a pensar que ya no la vería más, deseaba volver a verla antes de que el tiempo me borrará su imagen, pero luego con el paso de los años perdí la esperanza..

Pero ahora después de tanto tiempo, es casi la misma hora y mismo lugar de aquella vez pero aún más oscuro pues el alumbrado de la calle ya no funciona; percibo que alguien empareja mi paso no tomo importancia pero luego al doblar esa misma esquina escucho: ─¿Y con quien me confundiste? Al mirarle siento una gran emoción ─Hola, ¿Cómo has estado? ─Bien, gracias. Me mira como esperando la respuesta a su pregunta. ─Creo que no te confundí, te recuerdo de algún lugar; tal vez de mis sueños; pero quedé pasmado ante ti y ya no supe como actuar. ─¿Me estabas acosando? ─Tal vez, no sé, solamente buscaba saber más de ti o aumentar las posibilidades para conocerte y funcionó a medias. Sonrió levemente. ─¿Vas rumbo a la avenida? ─Sí, respondí y seguimos caminando. ─Antes de que pase cualquier cosa, ¿Me puedes decir si te puedo contactar? ─Si, claro. Se detuvo al lado de una casa junto a una ventana iluminada y sacó una libreta con muchos apuntes, busco una hoja con espacio libre, miro de un lado y otro para asegurar que estaba libre. La observó escribir y pienso que todo es como un sueño hecho realidad, escribe más que su nombre porque tarda mucho más de lo esperado. Arranca la hoja y la dobla en cuatro y me dice ─Permíteme un momento, no te vayas. ─Si, respondo. No pienso moverme ni un milímetro, se aleja de mí para acercarse a un pequeño grupo de personas de nuestra edad que parece la esperan, dejo de mirarla para darle privacidad momentos después escuchó un gritó: ¡Lárgate! No se si era para ella, para mi o para alguien más pero enseguida aparece junto a mi con la hoja en su mano y me la da, la miró desconcertada y le preguntó: ¿Todo está bien? ─Sí. Sólo que ahora tengo que partir, ojalá podamos vernos después. Se me acerca y me da un beso entre mejilla y labios y noto en su mirada la tristeza que en otras ocasiones le había visto. ─Sí, claro que sí. Hasta pronto. Respondo mientras la veo perderse en la oscuridad.

Con la hoja en la mano deseaba con ansias llegar a casa para leerla con detenimiento, saber su nombre y lo que había escrito; unos cuantos pasos antes de llegar un apagón oscurece toda la zona, al entrar fui prendiendo todas las luces de la casa esperando que regresará la energía, entonces noto que un antiguo foco de filamento ubicado en una columna de la sala se iluminó pero no lo suficiente para poder leer, busco otros medios: mi teléfono no enciende, no tengo velas, busco cerillos pero su fósforo se deshace en todo intento, voy por una lámpara de mano guardada en un cajón pero tampoco enciende, le cambio las pilas por las del control del televisor pero al parecer están gastadas; desesperado me dirijo a la estufa pero su encendido es electrónico; entonces me acerco nuevamente al filamento de ese antiguo foco intento de una y otra forma pero nada me dejaba ver lo escrito en el papel, su escasa luz no escapaba de la bombilla sólo el filamento se veía enrojecido, entonces un temor se apodera de mí el cual crece al salir a la calle y no poder ver nada, busco en el cielo algo: la luna, alguna estrella, nubes pero nada; cierro los ojos por segundos luego los vuelvo a abrir pero nada, sólo oscuridad total, recuerdo su beso y siento un aire frío que me recorre de pies a cabeza y me enchina la piel, tanteando regreso a la puerta de mi casa, de igual forma me acerco a la entrada de la sala y luego de entrar ahora no siento los muros, ni los muebles, aterrado intento tocar mi cuerpo pero no existe lo único que percibo es el filamento de ese antiguo foco extinguiéndose ante mí.